Un día nací con mis pequeñas hijas las hojas. Era primavera y yo estaba feliz porque no paraba de crecer. Al poco tiempo, ya era un árbol enorme. Pasaban los días y cada vez iba creciendo más con mis pequeñas hojas que, además de crecer en tamaño, crecían en número. Pasó la primavera y el verano y llegó el otoño.

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